Este reflexión fue publicado como parte de La Guía de Reflexión para la Cuaresma 2022: Sostener la dignidad humana, promover los derechos humanos.
“Déjela todavía por un año más, para que yo pueda cavar a su alrededor y echarle abono.”
- Lucas 13: 8-9
En el Evangelio de este tercer domingo de Cuaresma, Jesús habla de la necesidad de que todas las personas se arrepientan de sus pecados. Cuenta la parábola de una persona que tiene una higuera que no da frutos durante tres años. Cuando el hombre intenta cortarla, su jardinero le dice que la deje un año más y que cultive cuidadosamente la tierra como una última prueba para ver si puede dar frutos.
Al examinar nuestras vidas y arrepentirnos de nuestros pecados y faltas durante la Cuaresma, ayudamos a cultivar la tierra de nuestros corazones para que las semillas del amor de Dios puedan dar fruto en nuestras vidas. Nuestras prácticas y decisiones diarias nos ayudan a mantenernos espiritualmente sanos, de lo contrario podemos quedar sin fruto, como la higuera.
Del mismo modo que una persona necesita las prácticas de la oración y el arrepentimiento para mantenerse espiritualmente sana, una sociedad necesita prácticas, instituciones y sistemas de justicia para crear un entorno seguro en el que todos puedan prosperar. Los derechos civiles y políticos crean salvaguardias para proteger la libertad y la dignidad de todos los ciudadanos, especialmente de los más vulnerables.
La doctrina social católica afirma la necesidad de una vida política sana que proteja los derechos de los ciudadanos para que puedan vivir libremente y prosperar. El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia afirma: “Las exigencias del bien común … están estrechamente vinculadas al respeto y a la promoción integral de la persona y de sus derechos fundamentales. Tales exigencias atañen, ante todo, [y a través de otros] al compromiso por la paz, a la correcta organización de los poderes del Estado, a un sólido ordenamiento jurídico… “
Una de las principales amenazas para la protección de los derechos civiles de todas las personas es la impunidad de las violaciones de los derechos humanos, o la falta de rendición de cuentas ante la ley cuando los derechos humanos se violan de forma flagrante. Cuando los sistemas jurídicos se establecen para proteger al Estado o beneficiar a los poderosos, las personas pobres y vulnerables de todo el mundo sufren la incapacidad de buscar justicia cuando se violan gravemente sus derechos.
La Hna. María Zaborowski, MM, trabaja para la Comisión Asiática de Derechos Humanos (AHRC) en Hong Kong. Desde su fundación en 1984, la AHRC ha documentado los abusos de los derechos humanos y ha ayudado a las víctimas a contar sus historias, a sanar y a buscar justicia en los tribunales. Dos de los principales objetivos de la AHRC son la investigación de las desapariciones forzadas y la incidencia de la tortura por parte de agentes del Estado, que son prácticas demasiado comunes en los 11 países asiáticos en donde trabajan. Como editora de AHRC, la Hna. Zaborowski ayuda a arrojar luz sobre las historias de las víctimas de los derechos humanos y a producir documentos sobre sus experiencias, que pueden ayudarles a buscar justicia.
“Atendemos a la gente, a la gente común. Nadie (más) se va a hacer cargo de su causa”, explica la Hna. María Zaborowski.
“Rezo para que la gente sea más consciente de los derechos humanos y de cómo se denigran en las sociedades”, afirma. “La gente común está siendo oprimida por sistemas injustos. Veo (nuestro trabajo) como una misión para la gente que realmente necesita ayuda”.
Preguntas para la reflexión
¿Qué prácticas te ayudan a mantenerte espiritualmente sano? ¿Dónde ves la oportunidad de ayudar a tu sociedad a estar “sana”?
Rezar
Dios, que has dado a todos los pueblos un origen común.
Es tu voluntad que se reúnan como una sola familia en ti.
Llena los corazones de la humanidad con el fuego de tu amor y con el deseo de asegurar la justicia para todos.
Al compartir las cosas buenas que nos das, que podamos asegurar la igualdad para todos nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo.
Que se ponga fin a la división, la lucha y la guerra.
Que haya un amanecer de una sociedad verdaderamente humana construido sobre el amor y la paz. Te lo pedimos en tu nombre.
- Cortesía de la Universidad de Xavier
La fe en acción
Insiste a sus miembros del Congreso a que apoyen la Ley de Derechos Humanos de Filipinas, que ayudará a poner por enfrente los graves abusos de los derechos humanos contra los ciudadanos por parte del gobierno filipino: https://bit.ly/PhilHumRights
Ayunar
Considere la posibilidad de abandonar los hábitos que le impiden escuchar sin estar a la defensiva y hablar sin juzgar.
Experiencia como misionero de Maryknoll
“Durante varios años, la Región de África de Maryknoll ha colaborado con la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol en el apoyo a una escuela primaria interétnica en la frontera donde hay batallas frecuentemente de Kenia y Etiopía. La parroquia de Nuestra Señora Reina de la Paz se encuentra en tierra de nadie, la cual está entre dos comunidades pastoriles hostiles: los turkana kenianos y los daasanach, predominantemente etíopes. Los vecinos compiten constantemente por las tierras de pastoreo y el agua para los rebaños, y su rivalidad muchas veces se convierte en combate. En 2011, un ataque al pueblo en la que se encuentra la iglesia parroquial dejó 40 muertos y 2000 desplazados. En la última década, la violencia a menor escala ha continuado.
“Poco después de la tragedia de 2011, la parroquia optó por pasar de la normalidad del conflicto a la incertidumbre de la vida interétnica. Las comunidades hostiles mezclan ahora a sus hijos en una escuela común. Al cruzar el umbral de la escuela, los niños, el futuro de las dos comunidades, se mezclan y se vuelven difíciles de distinguir.”
- PADRE LANCE NADEAU
Padres y Hermanos de Maryknoll
Kenya